sábado, diciembre 9

EL ANTIGUO EGIPTO: Período Arcaico y la unificación de Egipto


En este período reinan con un carácter nacional las dos primeras dinastías de Egipto por sobre el alto y Bajo Egipto. La forma en la que llegaron a unificarse no está muy clara. Lo que se supone es que fueron reyes militares y enérgicos de Nejen, en el Alto Egipto, los que se impusieron sobre Buto y el delta. La paleta del rey Narmer (3100 a.C.) de Hierakonpolis, Alto Egipto, de 62,5 cm. de altura, muestra de forma simbólica la unificación del alto y bajo Egipto. Narmer está representado con la corona blanca de Aphroditopolis (emblema posterior de los reyes del Alto Egipto), a punto de sacrificar un cautivo ante el rey celeste Horus, representado por el halcón sobre un conjunto de papiros que simbolizan el Bajo Egipto. En el registro inferior tenemos dos figuras enemigas esperando la muerte.

Este evento da termino al período Predinástico comenzando así el período arcaico, el cual transcurre entre el 3.100 y el 2.700 a.c. En los inicios de este período se empieza a vislumbrar el sistema de organización estatal que sería casi constante en toda la historia del Egipto antiguo. La capital se traslada de Nejem a Menfis ubicada en el bajo Egipto La monarquía poseía un destacado carácter militar. Egipto avanzó hacia la Primera Catarata, controlando las ciudades de Elefantina y Siene (actual Asuán), de poco desarrollo agrario pero con centros mineros y comerciales, además de puntos estratégicos para la expansión hacia Nubia.

El Carácter unificador de la Cultura y Religión:

El estado dirigía una política cultural y religiosa hacia la asimilación mutua entre el Alto, de donde provenía la monarquía y el Bajo Egipto. Esto se logra con la adopción por parte del faraón de simbolismos del Norte y del Sur, como la corona roja del Bajo Egipto y la blanca del Alto Egipto. Celebraciones simbólicas de la unificación; matrimonios mixtos realizados también entre la nobleza; construcción de templos en el Bajo Egipto y asimilación de estilos arquitectónicos del Norte y del Sur, especialmente en las tumbas reales las que se situaban tanto en Abidos en el Alto Egipto como en Saqqara en el Bajo Egipto.

El carácter nacional que adoptan algunos dioses como Osiris, dios benefactor relacionado con la fertilidad, el comercio y, sobre todo, la vida después de la muerte, originario de la ciudad bajo-egipcia de Busiris, asimilado en la ciudad de Abidos del Alto Egipto que mas tarde gracias a esto se consolidaría como centro religioso y funerario de la nobleza faraónica.

Economía:

El Levante, ubicada en el extremo oriental del mediterráneo, era su principal fuente de madera. Del final del período arcaico se hallaron restos de cerámica que muestran barcos con remos. De esto se podría deducir que en esta época se produjo una revolución tecnológica, y también el aumento del comercio internacional, tanto porque los barcos servían para el transporte de mercancías, como porque la madera provenía del Levante (especialmente del actual Líbano). En cuanto al Sur y el Este, la expansión militar aseguraba la explotación minera (piedra y oro). El comercio internacional servía para satisfacer demandas de primera necesidad (madera, metales para producción de bronce, piedra) así como artículos de lujo (incluidos metales y piedras preciosas). Además, por motivos sociales (culto funerario, ostentación) y políticos (demostración de poder), había gran demanda local para la construcción de objetos funerarios, estatuas reales y todo tipo de monumentos, que era satisfecha mediante la presencia militar en áreas productivas.
En cuanto a la satisfacción de las necesidades básicas de la población, la producción alimenticia ascendía en forma de impuestos al aparato político, almacenándose en los llamados silos reales, y era redistribuido entre la población no rural. En este sector se comenzaban a constituir los artesanos, dedicados en modo particular al trabajo de madera y metal. El resto de la población la constituía el sector dedicado al comercio (fluvial e internacional) y la que formaba parte del aparato político (ejército, burocracia, familia real). No obstante de todos estos elementos que nos hablan del carácter de nación unificada de Egipto hubo ciertos indicios de conflictos entre el Bajo y Alto Egipto derivados del centralismo monárquico del segundo, existiendo incluso guerras de carácter religioso consecuencia del reconocimiento de deidades por una y otra zona que mas tarde traerían consecuencias.