sábado, enero 13

ANTIGUA SIRIA Y PALESTINA: Civilización de Ebla


Ebla, antigua ciudad del norte de Siria, de una extensión de 56 ha, situada al sur de Alepo y descubierta en 1968 por el arqueólogo italiano Paolo Matthiae en su emplazamiento actual de tell Mardij.

Al excavar el emplazamiento en 1975, Matthiae desenterró los archivos reales de Ebla, colección de más de 14.000 inscripciones en tablillas de arcilla que datan del 2500-2200 a.C. De las 14.000 tablillas halladas en la Biblioteca Real, se encontró el primer diccionario bilingüe del mundo, que traducía palabras del sumerio al idioma Eblaíta.

Escritas en caracteres cuneiformes, escritura desarrollada por los sumerios de Mesopotamia, y adaptadas al lenguaje de los habitantes semitas de Ebla, muestran que la ciudad debió ser un importante centro comercial regido por una aristocracia mercantil con un rey electo.

En términos generales Palestina recibió siempre la influencia de Egipto y Siria de Maesopotamia ya que ambas civilizaciones usaban esta zona como única alternativa para llegar a los centros mineros de anatolia. Esta posición estratégica inspira en la zona el surgimiento de una civilización con ambiciones de marcar cierta supremacía económica a través del control de las materias primas.

La influencia de esta civilización llegó hasta zonas mesopotámicas: Mari ciudad a la cual después de ganarle la guerra obligó a pagar fuertes tributos; creó una colonia en Emar, otra en Hamazi en el Elam con fines militares y con Azur en el tigres superior para proteger el comercio con Irán.

De este modo Ebla llegó a dominar casi toda Siria y gran parte de Mesopotamia central y septentrional y su área de influencia alcanzaba la meseta oriental de anatolia.

Hacia el 2.250 a.c. se produjo la destrucción de la ciudad y la implantación de una nueva dinastía, probablemente amorita, firmemente instalada a fines del milenio.